Monday, January 09, 2006

LO ACTUAL DE UNA ANTIGUA MALDAD


Se aprecia una especie de moda que, en aras de una mal entendida sinceridad y de una total franqueza, induce a muchos de los que expresan opinión verbal o escrita (con independencia del tema) en el sentido de poner poca o ninguna consideración en la forma y en los términos empleados para dirigirse a su interlocutor, sea éste un habitual coincidente, sea un ocasional adversario o sea tan solo el casual visitante que desprevenido llega al lugar donde será agraviado por esta malhadada moda.

Para información (y desencanto) de aquellos que piensan que de esta manera “hacen punta” en un estilo evolucionado y novedoso, es necesario decirles que esto es solo un recrudecimiento y una lógica consecuencia de ese resentido desprecio que tienen por aquello que habiendo codiciado, no pudieron alcanzar. Ciertamente, porque al no poder embellecer la expresión, al ver tan fuera de su alcance la forma fluida, elegante e inteligente de la palabra bien dicha y bien concebida se opta por rebajarla, por envilecerla, por oscurecerla... ¡Vano intento de desvirtuar el sublime don que nos diferencia del resto de las criaturas!

Es triste ver con que diligencia se abocan a verter palabras descomedidas y groseras sobre temas que deben tratarse con mesura, serenidad y grandeza de espíritu; no existe acontecimiento o situación que por su contenido de solemnidad, o ternura, o tragedia pueda ponerse fuera del alcance de estos por momentos coléricos críticos o desenfadados y lastimosos bufones. Parece que su propia ignorancia los lleva a no reconocer el límite que divide lo esencial de lo accesorio y lo jocoso de lo penoso.

Sin embargo, la esperanza está en aquellos que con valiente actitud y tesonero esfuerzo buscan dar su correspondiente lugar a la palabra que eleva el espíritu, a la que permite viajar a maravillosos lugares gracias a la preciosa descripción de formas y sensaciones, a la que nos regocija con sagaz humor sin necesidad del recurso fácil y vulgar; a estos artistas, artesanos, obreros de la palabra el justo reconocimiento y el homenaje sincero de los que nos deleitamos con su obra, pues su labor es el actual baluarte que se erige contra esa antigua maldad de los que buscan la destrucción de la expresión meditada, estudiada, elaborada, trabajada, trabajada como se trabaja una preciosa gema, gema que luego se luce para solaz propio y de los que la saben apreciar.

2 Comments:

Blogger Topacio said...

Lacosteant: A mí también me parece una falta de consideración algunas formas de expresión escrita, sobre todo porque están hiriendo gravemente el lenguaje y la sensibilidad de algunas personas. Pero Lacosteant, igualmente entiendo que no debo juzgar los motivos por lo que lo hacen, esencialmente porque los desconozco. Tan vez sea una forma de reclamo para personas que escriben de igual manera, ya sea por edad, por pensamiento, por cultura, por moda, etc. Supongo que son muy jóvenes, y ya sabes, ellos siempre rompen esquemas. De cualquier forma, como siempre digo yo, necesitaríamos varias vidas para ver y leer lo que verdaderamente nos atrae y nos gusta ¿Para qué perder el tiempo deteniéndonos en lo que no nos agrada? Dejémoslo correr, que en este mudo como en otros hay gustos para todos…

Un fuerte abrazo.

6:36 PM  
Blogger Lacosteant said...

Apreciada Topacio:
Como puedes observar, eres una visitante casi exclusiva y por eso me dirijo a tí con la seguridad de que es un íntimo coloquio; no necesito reiterar mi sentir hacia tu cálida y tierna manera de revelar tu ser, pues ya lo he hecho en tu bonito espacio, asi que solo te diré que hago votos para que continúes mostrándonos el mundo a través de tu mirada plena de bondad y candor. Beso tu mano.

7:55 AM  

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