CROMAGNON: LA VIGENCIA DE LA DELINCUENCIA PATERNA
Al contemplar asqueado el recrudecimiento de ese penoso espectáculo que en forma permanente nos brinda el "circo" relativo a la tragedia del boliche Cromagnon, no puedo dejar de expresar, con mayor claridad aún que en el anterior artículo("Víctimas y Victimarios"), el total rechazo a la interesada actitud de las supuestas "víctimas" de este desafortunado suceso.
Cada vez es más claro y evidente que lo único que persiguen es un logro, un beneficio monetario para su provecho; gritan "¡Justicia!" y manchan tal palabra con sus actitudes,con sus insultos y aún con sus patibularios aspectos. Es ciego aquel que entienda otra cosa de su empecinamiento en derivar la aplicación de "su justicia" a quien mayor beneficio les brinde, que no es Ibarra sino el Estado, esto es: todos nosotros; por más que se les entregara al directo culpable, aquel que lanzó la bengala que inició el incendio, es seguro que preferirían ignorarlo o, más aún, esconderlo pues a él no le sacarían el rédito que ahora codician, "¿Justicia?" ¡Bah!
Esta caterva de asesinos, sí (asesinos, por lo menos en potencia, pues ellos andan premeditando el cómo, donde y cuando quitarles la vida a los funcionarios y a los familiares de éstos que tengan la osadía de contradecirles y no plegarse a sus deseos) estos apologistas del delito pueden, merced a la mal entendida libertad de expresión, vertir amenazas de muerte, destruir el patrimonio público, mentir descaradamente pretendiendo negar lo que nuestros ojos ven y todo esto sin que ninguna autoridad tome cartas en el asunto: ¿Porqué no se procesa a los que profieren amenazas de muerte? ¿Porqué no se hace pagar los destrozos a los violentos claramente identificados? ¿Porqué se permite que atropellen e insulten a la Justicia? Y no estoy pidiendo que se defienda a persona natural alguna sino a las Instituciones de la Sociedad, esa Sociedad que pretenden destruir los mercaderes del odio y la miseria humana, anticipando en esa destrucción el logro personal de sus miserables fines.
Que la Justicia se aplique a todos los responsables, primero a los directos responsables entre quienes estan Chabán, Los Callejeros y también estos "padres" (que se los sancione, se los reeduque y se haga ejemplo de ellos de como NO se tiene que criar a los hijos); los indirectamente responsables, La Sociedad ya esta pagando, teniendo que tolerar estos atropellos y teniendo que pagar (con nuestros impuestos)los destrozos que causan.
Poco quizá podemos hacer materialmente quienes anhelamos para esta tierra aquello que supieron inculcarnos nuestros mayores, EXISTENCIA DIGNA: comer del fruto de nuestro trabajo, vivir respetados y respetando, agradecidos y rodeados de gratitud; en una palabra: vivir quieta y reposadamente con bondad y honestidad. Poco podemos hacer materialmente, pero sigamos haciendo, a pesar de las dificultades, lo que sabemos hacer: vivamos vidas diferentes, inculquemos a nuetros hijos amor a Dios, amor a la Patria, amor al Trabajo y respeto a las Instituciones; de esta manera, no engrosaremos la comparsa de los desdichados que quieren sacar provecho de su desgracia.
Al contemplar asqueado el recrudecimiento de ese penoso espectáculo que en forma permanente nos brinda el "circo" relativo a la tragedia del boliche Cromagnon, no puedo dejar de expresar, con mayor claridad aún que en el anterior artículo("Víctimas y Victimarios"), el total rechazo a la interesada actitud de las supuestas "víctimas" de este desafortunado suceso.
Cada vez es más claro y evidente que lo único que persiguen es un logro, un beneficio monetario para su provecho; gritan "¡Justicia!" y manchan tal palabra con sus actitudes,con sus insultos y aún con sus patibularios aspectos. Es ciego aquel que entienda otra cosa de su empecinamiento en derivar la aplicación de "su justicia" a quien mayor beneficio les brinde, que no es Ibarra sino el Estado, esto es: todos nosotros; por más que se les entregara al directo culpable, aquel que lanzó la bengala que inició el incendio, es seguro que preferirían ignorarlo o, más aún, esconderlo pues a él no le sacarían el rédito que ahora codician, "¿Justicia?" ¡Bah!
Esta caterva de asesinos, sí (asesinos, por lo menos en potencia, pues ellos andan premeditando el cómo, donde y cuando quitarles la vida a los funcionarios y a los familiares de éstos que tengan la osadía de contradecirles y no plegarse a sus deseos) estos apologistas del delito pueden, merced a la mal entendida libertad de expresión, vertir amenazas de muerte, destruir el patrimonio público, mentir descaradamente pretendiendo negar lo que nuestros ojos ven y todo esto sin que ninguna autoridad tome cartas en el asunto: ¿Porqué no se procesa a los que profieren amenazas de muerte? ¿Porqué no se hace pagar los destrozos a los violentos claramente identificados? ¿Porqué se permite que atropellen e insulten a la Justicia? Y no estoy pidiendo que se defienda a persona natural alguna sino a las Instituciones de la Sociedad, esa Sociedad que pretenden destruir los mercaderes del odio y la miseria humana, anticipando en esa destrucción el logro personal de sus miserables fines.
Que la Justicia se aplique a todos los responsables, primero a los directos responsables entre quienes estan Chabán, Los Callejeros y también estos "padres" (que se los sancione, se los reeduque y se haga ejemplo de ellos de como NO se tiene que criar a los hijos); los indirectamente responsables, La Sociedad ya esta pagando, teniendo que tolerar estos atropellos y teniendo que pagar (con nuestros impuestos)los destrozos que causan.
Poco quizá podemos hacer materialmente quienes anhelamos para esta tierra aquello que supieron inculcarnos nuestros mayores, EXISTENCIA DIGNA: comer del fruto de nuestro trabajo, vivir respetados y respetando, agradecidos y rodeados de gratitud; en una palabra: vivir quieta y reposadamente con bondad y honestidad. Poco podemos hacer materialmente, pero sigamos haciendo, a pesar de las dificultades, lo que sabemos hacer: vivamos vidas diferentes, inculquemos a nuetros hijos amor a Dios, amor a la Patria, amor al Trabajo y respeto a las Instituciones; de esta manera, no engrosaremos la comparsa de los desdichados que quieren sacar provecho de su desgracia.