Desvariando

Tuesday, February 26, 2008

¿EXISTE DICHA EN EL PERDÓN?

(*) A propósito de “Identidades Desconocidas” el último artículo de Tony

Ésta muy clara y sólida argumentación (*) a favor de la verdadera libertad individual —basada, por supuesto, en el libre albedrío que nos concedió el Creador— seguramente encontrará la tozuda resistencia de quienes invocan como “derechos” sólo aquellos que convienen a sus intereses, que reconocen como “legal” sólo a lo que no limita sus procedimientos y que asimismo exigen que la justicia se doblegue a sus demandas pues tienen un muy alto concepto de su propio sentido de “justicia”, desconociendo que toda justicia humana es “trapo de inmundicia” en comparación con la verdadera Justicia.

¿Cómo puede alguien que —aún necesitándolo con suma urgencia por la naturaleza de sus actos— no ha recibido y no se ha deleitado en el más amplio y generoso perdón, cómo puede, repito, entender ese bálsamo y esa bendición si desprecia y rechaza toda posibilidad de sanar su espíritu?

Todos, absolutamente todos, sin que para ello sea condición la edad, la situación económica o el grado de instrucción o conocimiento, por el sólo hecho de vivir en esta despiadada jungla donde “el hombre es lobo del hombre” ha recibido en mayor o menor grado heridas que permanecen latentes en el alma y en el espíritu, heridas que a diferencia de las inferidas en el cuerpo son heridas que no cicatrizan con el tiempo, son heridas que no se pueden maquillar ni ser “arregladas” por un hábil cirujano plástico, son heridas que requieren ser tratadas con mucho amor, curadas pero no por un “manosanta” ni por un embaucador de esos que se dicen “parapsicólogos”, son heridas que necesitan ciertamente recibir sanidad espiritual, pues aunque sean invisibles a una somera mirada, dañan, corrompen y aún desfiguran a quienes las sufren sin darles correcta atención o que tratan de ignorarlas o esconderlas, pues al final se hacen evidentes en rostros en los que la sonrisa es una amarga mueca, rostros en los que la luz de los ojos está apagada pues su alma está en tinieblas —no sin razón se dice que los ojos son el espejo del alma— y aún su voz suena como el lúgubre graznido de las carroñeras aves…¡Ay mi amigo, las palabras, las actitudes y los rostros de estas mujeres (Carlotto y Bonafini) son la muestra más contundente de lo que puede una raíz de amargura que ha crecido regada con lágrimas de odio!

Únicamente quién se sabe en falta, quién se reconoce pecador, puede ser perdonado y puede aprender a perdonar ¿Puede acaso la mente de estas “justicieras” concebir el perdón de aquel que no solamente abraza al asesino de su hijo sino que lo recibe como tal y aún lo ama? “¡Imposible!” dirán, pero hay muchos testimonios de personas que en desgarradoras situaciones en lugar de hacer "caer el peso de la justicia" prefirieron abundar en misericordia y perdón, deseando ser, aunque sea un poco, como El que les amó y perdonó.

Es apropiado y oportuno mencionar el conocido caso del Juicio de Salomón acerca de las dos madres que reclamaban a un mismo niño, no lo detallo puesto que es conocido por todo el mundo, se lo recuerda generalmente para ponderar la sabiduría de este rey de la antigüedad; aunque muchos sólo vean el ejemplo de una argucia procesal, para mí tiene la connotación del verdadero Amor, de ese que renuncia a su bienestar, a sus derechos y a todo en favor de la vida del ser amado.

Cuan sencillo es encontrar en esa historia bíblica paralelos con el desdichado caso de Evelyn Vásquez, por un lado esta la falsa madre, clamando “¡Hágase justicia, partid al niño en dos, aunque muera!” y por otra la voz del Amor que dice “No le hagáis daño os ruego, dádselo a ella pero que viva” y me parece escuchar a Evelyn diciendo: “no quiero que se haga daño a quienes amo”..... y por supuesto, también escucho las otras voces….

¿Es que ahora pretenderán que una carta de identidad le diga a quién debe amar?

¡Dios tenga misericordia de nosotros!

Tuesday, February 19, 2008

DE CORAZON...

Reincidir, después de mucho tiempo, en esta no siempre bien ponderada tarea de escribir para plasmar ideas que bullen en el interior, para buscar en ansiedad la razón por la que esas ideas se disipan o se dispersan o talvez sólo para responder a una amable —y amada— alusión a mis escritos, como en esta ocasión, puede parecer razón insuficiente....por eso debo pedir perdón a algún desprevenido lector por esa sinrazón y decirle solamente: Vaya con Dios....

Bueno, es el caso que nuestro querido Tony de "Calamocurrente" recibió una distinción de alguien que, al igual que nosotros, disfruta y aprecia sus siempre inteligentes, mesurados y cuidadosos escritos. No tengo claro el momento en que estas distinciones o "premios" dejaron de ser potestad de algunos sitios que efectuaban convocatorias, realizaban escrutinios y daban no siempre justos veredictos para llegar a ser, en mi modesto entender, lo que ahora son: algo así como un intercambio de cumplidos entre bloggers, cumplidos que se prolongan formando una bien intencionada cadena que parece no tener fin y ...¡enhorabuena! espero no se me malentienda, nada tengo contra ese grato y hasta inofensivo ejercicio, por supuesto, hay algunas distinciones que por sí se constituyen en un "dudoso honor" sin embargo, ésta que le tocó en suerte —y porque no, también en mérito— a Tony tiene como bien él lo anota, un simpático y poco pretencioso requerimiento "Dí que este no es un mal blog" eso y nada más.

En una excepción a la regla, Tony evita la "nominación" de otros siete espacios pero sí hace mención de la temática y algunos aspectos de los que tiene anotados en su lateral y ahí me alude, con más benevolencia y aprecio del que realmente merezco. De esta manera me da pie y podría decir me impulsa a escribir algo que viene a ser como un corolario de mi anterior entrada; no por casualidad —creo en la causalidad— dentro de los blogs mencionados por Tony están la mayoría de los que anoté entonces y algunos más que debí haber mencionado, porque aunque mi paso por esos blogs fue más bien furtivo, nobleza obliga: debo reconocer que ingresar a un espacio como el de Angiels (Angela Griguera) es casi, casi, como contemplar su alma desnuda, pues su notable sensibilidad, la claridad de su tierno amor por el amado y añorado compañero...hacen que uno se sienta incapaz de expresar algo que conjugue con esa especial capacidad y calidad de ver las cosas, pensando que talvez una palabra inadecuada podría romper el encanto; también por eso, uno se limita a guardar respetuoso y arrobado silencio para luego retirarse sigilosamente, tan sigilosamente como llegó.

En fín, gracias a Dios por esos remansos de femenina dulzura —Angiels y Topacio— que nos alejan un tanto de los desvaríos de este mundo cínico y cruel. Juntamente con aquellos, pocos pero buenos, espacios que procuramos visitar regularmente forman nuestro muy preciado tesoro, tesoro del que extraemos ricos momentos de esparcimiento, reflexión, inquietud y también alegría.