Desvariando

Tuesday, May 30, 2006

EL COMPLOT DE LA MENTIRA


Complot, confabulación, conspiración, contubernio…..todos esos términos y otros similares tienen connotación peyorativa; por eso mismo se pueden aplicar correctamente a todo aquello que por medio de la mentira pretende obtener provecho, ganancia, lucro, notoriedad….

En estos tiempos en que se ha hecho una práctica común el falsear la verdad, disimular lo grotesco y principalmente llamar a lo bueno malo y viceversa, no debería extrañarnos que se atribuyan esas cualidades conspirativas, confabuladoras a quien en su afán de preservar la pura Verdad (pero no con su solo esfuerzo sino con ayuda de la Verdad), sufrió desde los albores de la Era Cristiana persecuciones, calumnias y diversas agresiones (desde la injuria hasta la muerte).

Es preciso aclarar que no hago mención de ninguna institución u organización realizada por el hombre, no me refiero a la enriquecida institución romanista ni a los diversos grupos de fanáticos pasajeros en algún momento de la Historia; quiero mencionar y recordar al Cuerpo de Cristo, organismo vivo, instituido por Aquel que es su cabeza y que desde ese mismo momento fue el blanco preferido de los dardos ardientes del enemigo, porque así debía ser, para mostrarse en victoria en todas las circunstancias aún las de la muerte, exclamando confiadamente junto con Pablo “¿Dónde esta muerte tu aguijón, dónde sepulcro tu victoria?”

Lo lamentable entonces no es el grosero ataque que pretende, una vez más, negar la divinidad del Salvador del Mundo, que anhela reducirlo a su sola condición de hombre (que lo fue ¡oh, misterio! Dios y Hombre) y que encuentra conveniente que todo solo sea una cosa del pasado, algo superado sin otra posibilidad que la de llegar al ominoso olvido, así como son olvido los ídolos y figuras de la antigüedad, así también como aquellos que en su momento dijeron ser “más populares e importantes” que la Luz del Mundo y que ahora, en tan poco tiempo, son nada más que un vago recuerdo.

Lo lamentable es la condición humana que ama más las tinieblas que la Luz, que prefiere rechazar la sublime propuesta de Amor, la única verdadera, para fabricarse en un intento de reemplazo, afectos pasajeros, afectos ficticios, efímeros y aún perversos. Y es estremecedor comprobar que la respuesta al ¿Por qué? escrita está: porque “habiendo conocido a Dios (en sus maravillosas obras) no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias (el hombre se congratula a sí mismo) sino que se envanecieron en sus razonamientos (todo es mas interesante que conocer la Verdad) y su necio corazón fue entenebrecido (por eso las blasfemias, las rebeliones) Profesando ser sabios, se hicieron necios…” ¿Existe acaso una explicación mejor?

Lamentable es que por tener un lucro temporal se venda el alma eterna, que por decir algo novedoso se encienda ese fuego que arrasará con aquellos que ciegamente sigan tras lo que piensan es solo una moda o un juego divertido ¡Dios se apiade de ellos! y permita que despierten antes del final paso que los precipite al Abismo Eterno.